El fallecimiento se produjo el pasado 29 de julio a consecuencia de un mesotelioma pleural, según ha precisado LAB. El sindicato ha indicado que la fallecida, que había trabajado en los hospitales de Cruces, centro al que se ha denunciado por no prevenir ante el riesgo de amianto, y San Eloy, tenía reconocida por esta razón una incapacidad desde hace varios años, aunque no el origen laboral de la enfermedad.
LAB recuerda que la muerte de Begoña García eleva a dos los fallecimientos por amianto en Cruces, después de la muerte de Javier Rojo, en mayo pasado. A otro trabajador, Elías García, le han diagnosticado placas pleurales.
Ha criticado que desde la dirección de Osakidetza y en particular desde la de Cruces "no se aborda este grave tema como se debiese y se sigue dificultando el trabajo sindical por una falta de información respecto al tema del amianto: no existe coordinación ni información cuando se realizan obras y los reconocimientos médicos se hacen solo a un colectivo de trabajadores muy concretos (mantenimiento) y se niegan al resto de colectivos".
Subraya que, el amianto es un cancerígeno de tipo I y que "cualquier cantidad de fibras inhaladas puede desarrollar en un futuro distintas patologías". Recuerda que, tal y como recoge la sentencia contra Uralita, "no hace falta ser trabajador expuesto o ni siquiera ser trabajador, ya que en este caso Uralita ha sido condenada a pagar indemnizaciones a vecinos y vecinas de Ripollet y Cerdanyola por las fibras que vertía al medio ambiente y que provocaron distintos casos de cánceres simplemente tras ser respiradas".
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